En el Polo Tecnológico de Neuquén un grupo de científicos coordinados por Germán Serrano, egresado del Instituto Balseiro, trabaja con una fuente inagotable de información que cae del cielo. Se trata de los muones, que son partículas muy pequeñas, que llegan a la Tierra porque los rayos cósmicos chocan con la atmósfera, a unos 25 kilómetros de altura. Estas partículas pasan constantemente sobre nuestras cabezas y tienen la capacidad de atravesar rocas y materiales muy densos.
Lo que hacen los científicos es colocar sensores especiales cerca de los pozos o donde se hace la fractura hidráulica, para captar cuántos muones atraviesan esa zona y cómo lo hacen. Al medir cómo se absorben estas partículas según la densidad de las rocas, pueden reconstruir una imagen en tres dimensiones del interior del subsuelo, algo parecido a una tomografía médica, pero de la tierra.
Con esta técnica pueden detectar fallas, huecos, o acumulaciones de agua y arena que se generan durante el fracking. Aunque por ahora no alcanza a escanear toda la profundidad del yacimiento, sí ayuda mucho en las zonas más cercanas a la superficie, complementando las técnicas tradicionales y mejorando la explotación de hidrocarburos. Es decir, “radiografía cósmica” aprovecha las partículas que caen del cielo para conocer las entrañas de Vaca Muerta, haciendo la extracción más segura, eficiente y precisa.»
Germán Serrano explicó que al ser una técnica no invasiva, que utiliza una fuente natural e inagotable (rayos cósmicos), representa un avance tecnológico que puede acelerar la innovación local en exploración y generación de conocimiento propio para la industria Argentina, reforzando el desarrollo científico y tecnológico en Neuquén. Hoy, junto a un equipo disperso por el mundo -con socios en Madrid, Dinamarca, Bariloche y Estados Unidos- lidera este ambicioso proyecto científico-empresarial.
“La idea surgió de casualidad en una conversación”, contó Serrano en charla con LM Neuquén. “Uno de mis socios había trabajado en Colombia con sensores para volcanes, y dijimos: ‘¿Y si hacemos esto en chiquito, para que entre en un pozo petrolero?’ Así empezó todo”. Lo que sigue en este emprendimiento parece ser ciencia de alto vuelo pero con aplicaciones concretas. Los muones, partículas 200 veces más pesadas que un electrón, atraviesan la materia de forma constante y pasiva. Cada centímetro cuadrado de la superficie terrestre es impactado por estas partículas día y noche. “No necesitamos una fuente activa como en otros métodos, solo ponemos el detector y esperamos”, explicó.
Este método permite conocer con gran precisión la estructura interna de la roca, identificar fallas y espacios generados por el fracking, o fractura hidráulica ayudando a optimizar la extracción de petróleo y gas. Aunque por ahora no alcanza a analizar toda la profundidad de Vaca Muerta, es muy útil en zonas específicas.La tecnología de tomografía con partículas cósmicas, como los muones, puede cambiar la exploración de recursos ofreciendo una visión más precisa y no invasiva del subsuelo, complementando y mejorando los métodos tradicionales. Esto aporta varios beneficios clave:
Optimiza la caracterización del yacimiento al generar imágenes tridimensionales del interior de la roca, permitiendo identificar con mayor exactitud fracturas, fallas, acumulaciones de arena o agua creadas por el fracking, lo cual ayuda a planificar mejor las etapas de extracción.

Aumenta la eficiencia y sostenibilidad del proceso al reducir la incertidumbre en la extracción y evitar perforaciones o intervenciones innecesarias, alineándose con la transformación tecnológica de Vaca Muerta hacia un modelo Industria 4.0 que busca minimizar costos y maximizar producción de manera responsable.
Facilita el monitoreo en tiempo real y la gestión precisa del campo, integrándose con otras tecnologías como sensores remotos y análisis de datos para mantener la seguridad operativa y la optimización constante.
En conjunto, esta tecnología espacial de escaneo con muones puede marcar un salto en la manera de explorar y explotar Vaca Muerta, haciendo el proceso más preciso, eficiente, sustentable y adaptable a las demandas del mercado energético actual y futuro.
Esta innovación, combinada con otras tecnologías digitales como la inteligencia artificial que acelera el procesamiento de grandes volúmenes de datos geológicos, puede reducir significativamente los ciclos de exploración, llegando a acortar desde meses hasta días los tiempos para tomar decisiones acertadas
Fuente: LM Neuquén