La Dra. Tamara Rubilar, investigadora del Centro para el Estudio de Sistemas Marinos (CESIMAR – CENPAT) en el Centro Nacional Patagónico (CCT CONICET-CENPAT), junto a un equipo de investigadores emprendió el camino hacia la conformación de una empresa de base tecnológica que le permitiera montar en Puerto Madryn – Chubut, una planta piloto de acuicultura de erizos de mar y elaborar productos biotecnológicos para la salud y alimentación humana.
Tras años de experiencia y bibliografía producida sobre las propiedades de las moléculas de los erizos de mar se describieron sus efectos antiinflamatorios, antioxidantes, con actividad antiviral y antibacterianas con esto“empezamos a trabajar sobre la hipótesis de que quizás podía llegar a servir para la pandemia que lamentablemente llegó para aquedarse y sus secuelas también”de manera que se inició el proceso de lograr un producto que permita solucionar las secuelas del COVID-19, como la persistencia de dolores musculares, fatiga, dolor de cabeza o pérdida de peso, utilizando huevos no fecundados de erizos de mar como materia prima.