Un estudio liderado por el Instituto de Neurociencias de la Universidad Autónoma de Barcelna (UAB) y publicado en la revista Nature Communications demuestra en modelos animales como la administración diaria de cannabidiol (CBD), una sustancia obtenida de la planta de cannabis, alarga la vida y mejora la patología del síndrome de Leigh, una enfermedad mitocondrial pediátrica muy grave caracterizada por un declive neuromuscular progresivo y muerte prematura. El grupo de investigación también ha demostrado tanto en ratones como con fibroblastos de niños con la enfermedad que el CBD mejora la función de las células afectadas.
El síndrome de Leigh es una enfermedad mitocondrial minoritaria que afecta especialmente a los órganos y tejidos que necesitan más energía: el sistema nervioso y los músculos. Se caracteriza por una afectación neuromuscular progresiva y muerte prematura, y actualmente no existe ninguna terapia para tratarla. Por eso urge buscar soluciones para los pacientes que la padecen. Emma Puighermanal y Albert Quintana , investigadores del Laboratorio de Neuropatología Mitocondrial del Instituto de Neurociencias de la Universidad Autónoma de Barcelona (INc-UAB), han estado estudiando la enfermedad durante años para comprender los procesos que hacen que las mitocondrias, orgánulos que se encargan de suministrar energía a las células, no puedan funcionar correctamente, y buscar terapias para revertirlo.
Ahora, en el estudio que han publicado en Nature Communications demuestran que la administración diaria de CBD puede ser una buena opción para mejorar la sintomatología y recuperar funciones celulares de los pacientes, ya que, a través de una acción múltiple, tiene efectos antioxidantes, antiinflamatorios y anticonvulsivos. El estudio lo han realizado en dos ratones con sendas fenotipos del síndrome de Leigh, así como con células fibroblastos de niños con la enfermedad.
Los resultados muestran que el CBD actúa a muchos niveles dentro de la célula, entre otros activando una proteína del núcleo celular, llamada PPARγ, que regula la expresión de varios genes implicados en la respuesta inmunitaria, la oxidación y la función mitocondrial, que han visto estar alterada en la enfermedad. Además, el CBD aumenta la expresión de una proteína, la metalotioneína, que fomenta la respuesta antioxidante.
En los modelos animales la administración de cannabidiol mejora la neuropatología de las regiones cerebrales afectadas, las anomalías respiratorias y los déficits sociales y retrasa el deterioro motor y los signos neurodegenerativos. Los ratones con tratamiento, además, viven significativamente más que los que no lo reciben. En las células derivadas de los niños, el CBD mejora la funcionalidad de los procesos antioxidantes. “Los beneficios que hemos observado, junto al perfil seguro y bien tolerado del CBD, lo señalan como un tratamiento realmente prometedor para los pacientes con síndrome de Leigh”, explica Albert Quintana, investigador del INc-UAB y profesor del Departamento de Biología Celular, de Fisiología y de Inmunología de la Universidad.
Los investigadores lograron hace un año que el CBD fuera considerado medicamento huérfano por la Agencia Europea del Medicamento, lo que conlleva varios beneficios, como la reducción de costes de desarrollo de un fármaco. “El CBD está ya aprobado también por la FDA, el organismo estadounidense que regula los fármacos, para el tratamiento de otras enfermedades minoritarias pediátricas. Todo esto esperamos que acelere la traducción de los resultados que hemos obtenido en la práctica clínica”, concluye Emma Puighermanal, investigadora del INc-UAB y primera autora del artículo.
La investigación, ideada y coordinada por el INc-UAB, ha contado con la colaboración del Instituto de Neurociencias de Alicante (UMH-CSIC), el Instituto de Neurociencias de la Universidad de Barcelona (UBneuro), el Neurocentro Magendie de Francia y la empresa Minoryx Therapeutics.
Artículo de referencia : Puighermanal, E., Luna-Sánchez, M., Gella, A. et al. «Cannabidiol ameliorates mitochondrial disease vía PPARγ activation in preclinical modelos». Nat Commun 15, 7730 (2024). https://www.nature.com/articles/s41467-024-51884-8
Fuente: Universidad Autónoma de Barcelona.