Día Internacional de la Cultura Científica “Tensiones en la Comunicación de la Ciencia”

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Por Hernán Díaz Eichenberg *
En el marco del Día internacional de la Cultura Científica se realizó la jornada «El Futuro de la Comunicación Científica» organizada por la Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología, FECYT.
El evento abrió un espacio de debate en la mesa redonda “Hacia una ciencia comprometida con la sociedad”, en la que participaron Pampa García Molina, responsable del Science Media Centre España de FECYT, Carolina Moreno de la Universidad de Valencia y Ana Muñoz van den Eynde, del Centro de Investigaciones Energéticas, Medioambientales y Tecnológicas (CIEMAT). Fue moderada por Ángela Monasor, del Departamento de Cultura Científica y de la Innovación de FECYT.

 Las participantes debatieron sobre el papel fundamental que tiene la comunicación científica en nuestra sociedad, un servicio que permite involucrar a la ciudadanía en la toma de decisiones sobre cuestiones científicas y facilitar la apertura de la ciencia y la tecnología a las opiniones y participación de la sociedad.
Los puntos principales sobre las tensiones que enfrenta la comunicación de la ciencia se resume los siguientes puntos:

➡ El riesgo de simplificar en exceso. Se cree que si se aborda la ciencia de forma compleja “la gente no va a entender”. Se oculta e infantiliza la información y se ofrece una imagen distorsionada de la ciencia.

➡ La provisionalidad de la ciencia. Los públicos no investigadores tienen dificultad para entender que la ciencia no ofrece certezas absolutas e inamovibles, sino evidencias provisionales. Hay que divulgar más y mejor cómo funciona la ciencia e incorporar la incertidumbre como un elemento más de la cultura científica.

➡ Información vs. Entretenimiento. La prioridad es “enganchar” a los públicos y ganar audiencias (clics), poniendo el foco en lo llamativo y, en general, irrelevante. Es un sistema muy pernicioso, que demanda el consumo mínimo de energía para entender la ciencia y no promueve el pensamiento crítico.

➡ Una comunicación “resultadista”. Se ha caído en una divulgación casi exclusiva de resultados, dejando en segundo plano el contexto. Hay que recuperar el valor de los procesos y la complejidad de la ciencia.

 

"El futuro de la Comunicación Científica" organizada por la Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología, FECYT.

➡ Visibilidad vs Confidencialidad. El mundo científico necesita darle la mayor visibilidad posible a las investigaciones, porque eso redunda en reputación y beneficios para los centros y profesionales. Cláusulas de confidencialidad extremas en algunas investigaciones ponen en cuestión el propio método científico, basado en exponer los procesos y resultados al debate público con pares.

➡ La representatividad de las fuentes. Se generan debates científicos con actores con posiciones encontradas, aunque una de ellas sea minoritaria. Se privilegia el entretenimiento antes que el entendimiento bien contextualizado del tema. La máxima: incorporar a las fuentes expertas que representen todas las voces y permitan entender de forma accesible y profunda la cuestión que se trata.

➡ El valor de la especialización periodística. Investigadores y comunicadores deben colaborar para garantizar la calidad en la divulgación de la ciencia. Con una alerta: cada vez hay menos periodistas especializados en ciencia en las redacciones, porque los medios no apuestan por este tipo de información y pagan cifras irrisorias a colaboradores externos (50 euros por artículo). Así es difícil hacer una buena comunicación social de la ciencia.

* El autor es Consultor en Comunicación de las Organizaciones

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