La provincia de Chubut alberga alrededor de 22 especies de anátidos que incluyen a los patos, cisnes y gansos, de los cuales solo una vive exclusivamente en sus costas: se trata del Pato Vapor de Cabeza Blanca no volador (Tachyeres leucocephalus). El pato vapor es un ave robusta, que pesa entre 3,5 y 4 kilogramos y tiene entre sus principales características la de no volar. Su desplazamiento se realiza a través de una especie de carreteo sobre el agua mientras bate las alas. “Es por ello que los primeros exploradores que arribaron a la Patagonia alrededor del siglo XVII, los nombraron pato vapor debido a que el batido de agua que provocan sus alas les recordaba a los barcos a vapor con sus ruedas de paletas a los costados”, cuenta María Laura Agüero, investigadora del Centro para el Estudio de Sistemas Marinos (CESIMAR-CONICET).
“Es una especie que vive únicamente en el mar, casi el 50 por ciento de la población está concentrada en el norte del Golfo San Jorge debido a que tiene ciertas particularidades como una costa constituida por roca volcánica que viene del interior del continente, denominada Formación Marifil, que hace que tenga una fisonomía muy diferente al resto. Ese es un lugar especial para que nidifique una especie que no vuela, de hecho, el 90 por ciento de los nidos están en islas y el resto en continente”, explicó la especialista.
Dentro del género del Pato Vapor hay cuatro especies: el Malvinense, que vive en las Islas Malvinas; el Magallánico, que se encuentra en Tierra del Fuego y la costa chilena; el Volador, que comparte ambiente con estos últimos; y el Cabeza Blanca que solo se encuentra en la costa chubutense. “Es decir que toda la población del mundo se encuentra en apenas 700 kilómetros de costa marina, convirtiéndola en la única especie de pato exclusivamente marino que hay en Chubut. Una especie puede ser endémica de un país, de un continente, pero cuando hablamos de una distribución en tan solo 700 kilómetros de costa podemos decir que es un endemismo muy restringido. Considerando que no vuela, es una especie que se encuentra todo el año en estas costas, es decir que cualquier factor que afecte a ese lugar va a tener una incidencia sobre la población entera, lo que hace que esta especie tenga un grado de vulnerabilidad muy alto”, expresó Agüero.
La última estimación del tamaño poblacional del Pato Vapor de Cabeza Blanca no volador dio como resultado unos 3500 adultos reproductores y 2000 juveniles. En ese sentido, se está trabajando para estimar una curva de tendencia poblacional a lo largo del tiempo: “En los últimos tres años se implementó un programa de monitoreo poblacional dentro del cronograma de Parques Nacionales, lo cual permitió obtener datos de censos anuales desde 2021. Estos datos están siendo analizados para poder obtener la primera curva de tendencia poblacional para la especie. Lo que nos falta es tiempo, porque cuantos más registros se tengan, mejor va a ser la estimación de la curva”.
El Pato Vapor es muy fácil de ver debido a que es muy costero, sobre todo en la zona de Camarones, donde se lo encuentra en parejas en el muelle o el área de Rocas Coloradas: “No suelen estar en grupo porque las parejas son bastante territoriales, están aisladas. Sin embrago, los juveniles se agrupan de a cientos”, cierra María Laura Agüero.
Finalmente, es importante destacar la importancia de sumar esfuerzos para incrementar la información sobre una especie muy poco conocida y con tantas características únicas que la hacen sumamente vulnerable. Entender el funcionamiento de las especies dentro del entramado ecológico permite diseñar e implementar pautas de manejo y conservación tanto para las especies como para sus ambientes.
Fuente: CENPAT-CONICET