Investigadores del CESIMAR estudian la mortandad de ballenas en Chubut

Foto gentileza de Camila Tavano
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Investigadores del CESIMAR explican qué son las floraciones algales nocivas, principal hipótesis que se maneja respecto a la causa de la muerte de 21 ejemplares en las costas de Península Valdés en la provincia de Chubut. En las últimas semanas se conoció la muerte de, al menos, 21 ejemplares de Ballena Franca Austral (Eubalaena australis) en el Golfo Nuevo de Península Valdés,  lo cual activó los protocolos del Programa de Monitoreo Sanitario Ballena Franca Austral y de las autoridades de aplicación para abordar la situación. Al tratarse de una especie protegida, emblema de las costas del Chubut por su atractivo natural y turístico, un hecho que preocupa no solo a las autoridades, sino a todos los chubutenes y a visitantes que aprecian la naturaleza de las costas de la provincia.

Para arrojar claridad sobre la principal hipótesis que se maneja hasta el momento y en base a información científica recabada durante años, investigadoras/es del Centro para el Estudio de los Sistemas Marinos (CESIMAR-CONICET), Valeria D´Agostino, Gabriela Williams, Juan Pablo Pisoni y la investigadora del INIDEP asociada al CESIMAR Leilén Gracia Villalobos, ofrecieron una información detallada sobre la cual intentan explicar por qué los decesos de ballenas podrían estar asociados a la llamada Marea Roja o floraciones algales nocivas (FANs) y la alimentación propia del animal.

¿Qué son las floraciones algales?

Las floraciones algales nocivas ocurren cuando las algas productoras de toxinas crecen excesivamente en un cuerpo de agua, fenómeno que, en ocasiones, se puede apreciar a simple vista bajo los colores verde, azul-verde, rojo o marrón, dependiendo del tipo de algas. El término Marea Roja se comenzó a utilizar debido a que la primera discoloración que se observó en el agua por el fitoplancton (primer eslabón de la cadena alimenticia de los sistemas acuáticos) fue de color rojo. Sin embargo, el término es impreciso ya que hoy se sabe que las discoloraciones pueden ser de diferentes colores y que, por otro lado, muchas floraciones son nocivas sin presentar ningún tipo de cambio en el color del mar.

Cuándo ocurren las floraciones algales nocivas

Para que este fenómeno natural se produzca, es necesario que se combinen ciertas condiciones ambientales y factores que favorecen la ocurrencia de las floraciones de microalgas. Actualmente es posible contar con imágenes satelitales que brindan información sobre el color del mar todos los días del año, que permiten estimar la concentración de los componentes del agua que modifican su color, entre los cuáles están los pigmentos de las microalgas que conforman el fitoplancton. Los sensores de los satélites que toman estas imágenes detectan el pigmento que es común a todas las algas: la clorofila-a. Este pigmento es responsable del color verde de estos organismos y la comunidad científica lo usa como un estimador de la concentración de algas que tiene un cuerpo de agua. En los golfos patagónicos, diversos estudios de color del mar han permitido determinar que la biomasa de estos organismos suele ser máxima en primavera (octubre-noviembre), decae en el verano, suele tener otro máximo de menor intensidad en otoño y vuelve a decaer en invierno. En particular, el máximo de biomasa observado en primavera está relacionado a la mayor disponibilidad de luz solar y a la concentración y disponibilidad de nutrientes en la capa iluminada del mar.

Los organismos causantes de las floraciones algales nocivas

En la Patagonia Argentina existen varios grupos de microalgas que producen floraciones de algas nocivas. Dinoflagelados de los géneros Alexandrium y Dinophysis son los más comunes, así como también especies de diatomeas del género Pseudo-nitzschia.

Imagen: Maxi Jonas

Estos microorganismos acuáticos producen diferentes efectos negativos para la salud humana: Alexandrium catenella produce toxinas paralizantes, un tipo de neurotoxina que genera la inhibición de los impulsos nerviosos, las especies de Dinophysis producen toxinas diarreogénicas, que generan desórdenes gastrointestinales agudos y dolores abdominales, y las especies de Pseudo-nitzschia producen toxinas amnésicas, que pueden generar pérdida del equilibrio, dificultad respiratoria y amnesia a corto plazo, entre otros efectos.

Desde los años `80, en la Patagonia, se han registrado recurrentes eventos de floraciones algales producidas por el dinoflagelado Alexandrium catenella, causando intoxicaciones en humanos por toxinas paralizantes, incluyendo casos fatales.

La relación entre una floración algal nociva y la mortandad de ballenas podría estar vinculada a la transferencia de toxinas a través de la alimentación. Las ballenas se alimentan de zooplancton, y este, a su vez, consume fitoplancton. Diversos estudios han demostrado que la ballena franca austral se alimenta principalmente en primavera (octubre-noviembre) en los golfos de Península Valdés, después de la floración primaveral del fitoplancton. En caso de una floración de fitoplancton tóxico, el zooplancton acumula toxinas y actúa como transmisor de las mismas para las ballenas.

La intoxicación por ficotoxinas en mamíferos marinos puede ser aguda o crónica. La exposición aguda provoca una intoxicación severa y rápida que lleva a la muerte del individuo, especialmente cuando la concentración de toxinas es alta. La exposición crónica a las ficotoxinas suele causar efectos subletales que afectan la fisiología respiratoria, generando anomalías en el buceo, lo que compromete su condición corporal y, además, afecta la reproducción, incluyendo abortos, mortalidad fetal y partos prematuros.

Dado que las ballenas se alimentan con mayor frecuencia durante la primavera en Península Valdés, cuando las floraciones de fitoplancton tóxico son más frecuentes, la exposición a estas toxinas podría representar un riesgo para su salud y supervivencia.

Registros de mortandad de ballenas: diferencias entre las ocurridas en octubre 2024 con las del 2022 en Golfo Nuevo

En 2022, junto con la mortalidad de 30 ballenas, en su mayoría adultas y en buena condición corporal, se registró una intensa floración de Alexandrium catenella, el dinoflagelado productor de toxinas paralizantes de moluscos (TPM), las cuales actúan como bloqueadores neuromusculares y pueden causar la muerte por asfixia. También se detectaron diatomeas del género Pseudo-nitzschia, que producen toxinas amnésicas de moluscos, las cuales afectan al sistema nervioso central y pueden causar la muerte, dependiendo de la gravedad de la intoxicación. Simultáneamente, se detectaron niveles elevados de toxinas paralizantes en cholgas recolectadas en el Golfo Nuevo, en Bahía Pirámides y Punta Pardelas, lo que llevó a establecer una veda para la recolección y consumo de moluscos bivalvos y gasterópodos en todo el Golfo Nuevo.
Además, se detectaron toxinas paralizantes de moluscos en niveles elevados en muestras de zooplancton, anchoítas muertas, lobos marinos muertos y en muestras fecales de ballenas vivas recolectadas entre septiembre y noviembre de 2022. Todos estos hallazgos indican que, tanto las ballenas como los otros organismos marinos analizados, murieron debido a una exposición aguda a las toxinas paralizantes de moluscos.

Foto: www.puertomadrynturismo.com

Sin embargo, en el suceso de octubre de este año en el cual murieron 21 ballenas en su mayoría adultas, las evidencias no son tan concluyentes. No se han detectado floraciones abundantes de fitoplancton tóxico en el área, aunque se registró la presencia de Alexandrium catenella en Golfo Nuevo, y la Subsecretaría de Pesca reportó niveles de toxinas paralizantes de moluscos inferiores al límite de toxicidad para humanos. La hipótesis principal sigue siendo la exposición a dicho tipo de toxina, sin embargo, es importante aclarar que, hasta no contar con los resultados de los análisis de los ejemplares muertos, no se puede confirmar que las ballenas murieron por exposición a las toxinas producidas por el fitoplancton.

Cuándo se desarrollarán las floraciones algales nocivas

No es posible saber con exactitud cuándo ocurrirá un evento de estas características. Sí se puede estimar la época del año donde habrá mayor probabilidad de que se produzca. Sin embargo, debe tenerse en cuenta que se trata de fenómenos naturales, los cuales responden a los cambios ambientales.

Fuente: CESIMAR-CONICET

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