Por qué llegan las medusas al Golfo Nuevo

Foto: Nicolás Battini, GEAC, IBIOMAR-CONICET
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(Chubut) Es frecuente ver en las playas de la región una importante cantidad de medusas (Cnidaria), su aparición ocurre todos los años en las costas de Chubut y Santa Cruz generalmente a partir de primavera y durante el verano. Este tipo de fenómeno sucede cuando se combinan ciertas condiciones oceanográficas y meteorológicas que las concentran en las playas formando lo que se conoce como blooms o arribazones.

 La medusa es un animal marino invertebrado, de cuerpo gelatinoso y tentáculos que usa durante la alimentación, y que además tienen células urticantes que irritan la piel. El doctor Gregorio Bigatti, investigador del Instituto de Biología de Organismos Marinos (IBIOMAR-CONICET) explicó cuáles son las razones por las que las medusas, también conocidas como aguas vivas, llegan al Golfo Nuevo: “Son animales muy simples, que tienen pocos músculos por lo que se mueven poco, aunque son llevados por las corrientes marinas y por los vientos superficiales. En épocas de primavera, o cuando el agua está más cálida, hay crecimientos de estas poblaciones de invertebrados marinos, que se reproducen cuando la temperatura está más alta”. En ese sentido, el biólogo del CENPAT advirtió que no deben tocarse, especialmente los filamentos de los tentáculos, ya que es en esa parte donde se encuentran las células urticantes llamadas nematocistos. “Son unas células que tienen como unas flechitas adentro que cuando hacen contacto con lo que sea, que en general son presas, disparan esas flechitas y se las insertan en el cuerpo de la presa. En el caso de los humanos, como somos animales grandes, no nos hace gran efecto”. De todas maneras, la picadura de una medusa produce un fuerte ardor, por lo que el especialista recomienda acercarse a una farmacia o visitar a un médico: “Hay productos que se venden para este tipo de picaduras. Lo que se recomienda siempre es no rascarse y lavarse con agua, después hay distintos métodos populares que yo no tengo claro cuál es mejor”.

Respecto a los ejemplares que pueden verse sobre la orilla, Bigatti contó que si bien son animales que viven en alta mar, pueden ser arrastrados por el viento hacia la costa y luego de un tiempo de exposición al sol durante las mareas bajas, terminan secándose y muriendo, se recomienda no tocarlas y, en caso de hacerlo, solo por la parte dorsal del disco. En este contexto, queda saber cuánto tiempo convivirán los y las bañistas con estos animales ancestrales: “Así como llegaron, si el viento cambia, se van a ir. No tienen la capacidad de salir solas, se mueven, pero muy poquito, así que se van a ir cuando las corrientes y el viento saquen el agua para afuera del Golfo Nuevo”.

Según el especialista en medusas – Dr Agustín Schiariti investigador del Conicet y del Programa Ambiente Marino del INIDEP – describió que a pesar de su aspecto y su gran tamaño, no es una especie de la cual se tengan registros de accidentes graves sino solamente algún malestar leve y momentáneo. No obstante, si sus células urticantes alcanzan ciertas zonas más sensibles del cuerpo (ojos, entrepierna, genitales), o si la persona afectada resultara ser alérgica a la toxina, los efectos pueden ser más severos, por lo que se recomienda evitar el contacto con estos animales. En caso de no poder evitarlo, se debe enjuagar la zona afectada con agua de mar (nunca con agua dulce ya que podría ocasionar la activación de las células urticantes que estén adheridas a la piel y hacer más daño). Es importante no rascarse ni frotarse la zona afectada y es recomendable no exponerla al sol. Puede aplicarse frío (agua o hielo) para aliviar el ardor, siempre intentando no mojar la zona afectada con agua dulce. Si las molestias o dolores persisten se debe asistir a un centro médico.

 

Fuente: Conicet- Cenpat

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