El Instituto de Investigación y Desarrollo en Ingeniería de Procesos, Biotecnología y Energías Alternativas (PROBIEN), dependiente del CONICET y la Universidad Nacional del Comahue (UNCo) inauguró su edificio dentro del Campus de la UNCo en la provincia de Neuquén. Inaugurado en el 2006, el Instituto funcionará en un nuevo edificio donde trabajarán doce equipos, entre ellos se destaca al que se dedica a la biotecnología ambiental, un campo de investigación que se centra en el uso de organismos vivos y sus componentes para desarrollar tecnologías que abordan problemas ambientales.
Esta disciplina busca la remediación de entornos contaminados como la promoción de procesos sostenibles que respeten el medio ambiente. Utilizando organismos como hongos, plantas, enzimas y microorganismos para restaurar ecosistemas degradados y mitigar los efectos de la contaminación. “Este es un edificio que significa una mejora para parte del personal del Instituto que desempeñaba sus funciones en unas instalaciones un poco incómodas. Hasta ahora solo teníamos un conjunto de módulos movibles, conocidos como contenedores, que estaban colocados al costado del edificio de la Facultad de Ingeniería. Evidentemente hacía falta más espacio”, comentó Germán Mazza, director del PROBIEN.
Esa inversión tiene por objetivo optimizar los procesos de generación de conocimiento, la formación de recursos humanos, la transferencia de tecnologías al sector productivo regional y la preservación del ambiente, que son los principios de PROBIEN “Nos permitirá mejorar en la calidad laboral de las personas y garantizar más espacio para nuevos equipamientos que queramos adquirir en el futuro. En definitiva, vamos a tener mejores condiciones para seguir creciendo como institución”, expresó a Luciano Carlos, vicedirector del Instituto.
El edificio cuenta con el laboratorio de cromatografía y se dispuso de un laboratorio específico para el grupo de investigación en biotecnología ambiental. Ese espacio incluye dos cuartos de cultivo: uno de células vegetales y otro de cianobacterias, que son un grupo de bacterias que realizan fotosíntesis, al igual que las plantas. “Los temas que abordamos están relacionados con contaminantes ambientales y cómo afectan a las plantas, a los animales y a los humanos. Hacemos un diagnóstico, dónde está la contaminación, qué efectos tiene y también analizamos cómo proteger a los seres vivos”, comentó la responsable del GBA, Guillermina Bongiovanni.
Actualmente, el área cuenta con varias líneas de investigación activas. Entre ellas, la evaluación del impacto de metales pesados, hidrocarburos y fármacos; la identificación de antioxidantes en especies nativas para contrarrestar el efecto de los tóxicos; y la implementación de microorganismos para eliminar contaminantes, dentro de la que se destaca el estudio de un alga nativa de la periferia del volcán Domuyo, en Neuquén.
El nuevo edificio del PROBIEN les garantizará contar con un adecuado laboratorio con temperatura e iluminación controlada, útil para el cultivo de células y bacterias. Desde que el Instituto había sido reestructurado y rebautizado en 2014, el grupo de Biotecnología Ambiental solo contaba con tres reducidos contenedores de poco más de 30 metros cuadrados para llevar adelante sus investigaciones. “Desde hace años hemos estado pidiendo un laboratorio un poquito más cómodo. No pretendíamos un edificio gigante, pero por lo menos un espacio para equipamientos nuevos y mejorar las condiciones de los investigadores”, agregó Bongiovanni.
Disciplinas se desarrollan en el PROBIEN
El PROBIEN cuenta con 12 grupos diseminados entre Neuquén y Villa Regina, dedicados a la Física de la Materia Condensada, Fotovoltaica Aplicada, Bioprocesos, Enología, Biodiversidad y Biotecnología de Levaduras, Nanomateriales Aplicados, Minerales Arcillosos y Depósitos Metalíferos, Estudios de Materiales Adsorbentes y Tecnología de Alimentos. Funciona un grupo vinculado con el Instituto de Ingeniería Química de la Universidad Nacional de San Juan (UNSJ), llamado Materiales, Gestión y Tecnología Ambiental.
Dentro del PROBIEN, también se encuentra el grupo de Ingeniería de Reactores y Procesos Químicos (GIRPQ), que cuenta con una línea de investigación dedicada a los procesos de tratamiento térmico de residuos sólidos urbanos, biomasa agroindustrial, silvícola y derivados de la perforación de pozos para la extracción de hidrocarburos. “Utilizamos procesos químicos para recuperar valor de esos residuos, transformarlos en materiales con valor agregado y, a su vez, eliminarlos del ambiente”, comentó el doctor Germán Mazza, su responsable. La modificación química de los desechos es lograda a través de la degradación térmica, como puede ser la pirólisis.
En lo que respecta específicamente a los lodos de perforación, un material derivado de la técnica de inyección del fracking, el objetivo es convertir un material repleto de metales pesados en un elemento totalmente “inocuo” para el ambiente. Para eso, proponen incorporar plantas de tratamiento químico en las zonas próximas a los sitios de extracción de gas y petróleo. “Nuestro diseño del proceso consiste en que cada pozo tenga su planta in situ de pirólisis. Con la combustión de este material se obtiene un sólido residual, que se llama “char”, que tiene diferentes aplicaciones, como la generación de carbón activado o activos para formulaciones de asfalto”, explicó. Además, como producto de la combustión, se genera un restante líquido que puede ser usado como combustible. Y por otra parte, se obtiene un gas altamente versátil y fácilmente transformable en energía.
Financiamiento para seguir investigando
Si bien el Instituto también tiene dependencia de la Universidad Nacional del Comahue (UNCo), no suministra fondos estrictamente económicos —salvo algunos aportes especiales—, sino que coopera con la prestación de edificios preexistentes y el pago de servicios y sanidad. Este año el presupuesto enviado desde el Conicet central, aunque escaso, no sufrió recortes por parte del gobierno nacional. Sin embargo, se registraron algunos inconvenientes en lo que respecta a la adquisición de nuevas tecnologías.
“Durante la administración anterior de Gobierno, obtuvimos por concurso un espectrómetro de masa con plasma acoplado (ICP), que es un equipo muy versátil y útil para identificación de determinados elementos. Lamentablemente hasta el momento no se ejecutó la compra. No sabemos qué sucedió”, confesó Mazza.
El año pasado, el PROBIEN obtuvo un subsidio por parte de la Fundación Williams, una organización sin fines de lucro que apoya la ciencia y la cultura. Esos fondos se utilizaron para comprar una nueva sonda de medición para el “Homogeneizador PRO Scientific, Bio-Gen PRO200, 220v”.
Pese a la existencia de un contexto nacional “complejo” —tal como mencionan los investigadores—, desde el instituto admiten mantener una misma línea de trabajo: “Siempre nos hemos caracterizado por tratar de trabajar lo mejor posible con lo que se tiene y buscar horizontes diferentes para mejorar”, enfatizó su director.
Servicios que brinda PROBIEN
Además de realizar investigaciones, el PROBIEN brinda servicios tecnológicos para empresas públicas y privadas de Neuquén, Río Negro y San Juan y los fondos que se obtienen resulta ahora una fuente de ingresos complementaria en un momento crítico. “Los servicios de transferencias generan fondos adicionales que permiten tener más capacidad para afrontar gastos corrientes, así como la compra de insumos para los equipos, que son muy caros y se licitan en dólares”, comentó Luciano Carlos, vicedirector de la institución.
Entre las prestaciones ejecutadas se destacan la determinación de componentes químicos para productos agroalimentarios y la obtención de ingredientes particulados a partir de frutas. Este es el caso de los servicios ofrecidos a las firmas sanjuaninas Frutos del Sol y Olivares de España por parte del grupo de Ingeniería y Tecnología Química; y a Río Azul Patagonia y Grupo Harmony por parte del área de Tecnología de los Alimentos.
También se brindan servicios de alto nivel tecnológico para el sector petrolero y minero. Entre las firmas bajo convenio aparecen Aconcagua Energía y Tolsa S.A. “Las empresas requieren por ejemplo caracterizaciones mineralógicas, que consiste en la identificación de las particularidades de los minerales. Eso se brinda continuamente. También está el caso del servicio de rayos X que es una prestación rutinaria y permite ingresos permanentes todos los meses”, comentó Germán Mazza, director del PROBIEN.
Fuente: Diario Rio Negro